Muchos padres tienen la duda sobre si es o no normal el fenómeno del amigo imaginario para su hijo, o si esto puede indicar una dificultad en el desarrollo psicosocial del niño. Para tratar de responder a esta duda frecuente, hemos creado este artículo.
¿Qué es un amigo imaginario?
El fenómeno del amigo imaginario es propio de los niños en edad preescolar. A menudo, los niños en esta etapa de desarrollo se refieren a un amigo por un nombre e identidad específicos, como si fueran una persona real.
La naturalidad con la que se refieren a él y los detalles con los que lo describen hacen creer a padres y educadores que se trata de una persona real. Cuando se dan cuenta de que esa persona cae en el reino de lo imaginario, hacen ruido y acuden a un profesional de la salud mental.
Los amigos imaginarios de los niños y las relaciones imaginarias en general han sido estigmatizados como sospechosos y posiblemente indicativos de psicopatología. En el pasado, y especialmente hasta la década de 1990, estos comportamientos fuertemente influenciados por el elemento imaginario fueron caracterizados como inmaduros y sin sentido. Según Piaget (1962) estos comportamientos se debilitan más tarde con el surgimiento de la lógica y el pensamiento específico en la infancia media.
En los últimos años, la opinión predominante es que la imaginación juega un papel central en el pensamiento humano, y los expertos ahora reconocen su utilidad en una variedad de áreas, incluidas las relaciones sociales.
Existe una amplia gama de actividades imaginativas relacionadas con la creación, gestión y comprensión de los lazos sociales. El amigo imaginario puede ser una persona de la misma edad que el niño o mayor, y en ocasiones los niños lo describen como un animal antropomórfico.
Cómo interactuar con el amigo imaginario de tu hijo
No cuestiones la existencia del amigo imaginario de tu hijo. En cambio, está bien jugar juntos, pero eso no significa que tengas que servir la comida. Puedes establecer algunos límites sobre lo que estás dispuesto a hacer.
Además, no permitas que el amigo imaginario cargue con las consecuencias del mal comportamiento de tu hijo. Di, por ejemplo, «No me importa quién de ustedes creó este lío en la cocina, pero estoy esperando a que lo arreglen».
Está bien hacer preguntas sobre el amigo imaginario, como «¿Qué tipo de cosas quiere hacer tu amigo para divertirse?«. Tu hijo probablemente estará feliz de contarte todo sobre su amigo.