Las palmeras se eligen con más frecuencia que otras plantas de interior para la decoración de interiores. Nos recuerdan unas vacaciones en países cálidos con sus pintorescas costas, aire marino y aroma a frutas exóticas.
Tal planta creará la atmósfera de un rincón tropical en cualquier hogar. Hay muchas variedades de palmeras en el mercado hoy en día, pero hemos seleccionado cuatro de las más hermosas y de bajo mantenimiento.
Consejos a la hora de rociar las palmeras de interior: La pulverización se realiza mejor con agua sedimentada o filtrada; pueden aparecer manchas blancas en las hojas de las palmeras debido al salitre del agua.
1. Hovea
Una hoveya grande pero elegante es adecuada incluso para los cultivadores de flores novatos: es extremadamente tolerante a la sombra y sin pretensiones.
Esta palma tiene varios tallos, con grandes hojas plumosas de forma ligeramente curva. Una palmera adulta puede desarrollar hasta 15 hojas a la vez en un año, extendiéndose hasta dos metros en un apartamento. Para un crecimiento activo y saludable, coloca la hovea en un lugar bien iluminado, pero sin dejar a la luz solar directa; de lo contrario, aparecerán marcas de quemaduras en las hojas.
La temperatura recomendada es de 18-21° C, en invierno de 12° C. Rocía la planta diariamente y proporciona un riego moderado para evitar que se seque o se encharque.
2. Chrysalidocarpus
Una palmera exuberante originaria de Madagascar encajará perfectamente en interiores de estilo loft y minimalismo.
Para la chrysalidocarpus, elige un lugar bien iluminado, pero en verano, la planta debe protegerse de la luz solar directa de 11 a 15 horas. La temperatura óptima para el desarrollo es de 21 a 24° C en verano y de 18 a 20 ° C en invierno.
Como la mayoría de las palmas, la Chrysalidocarpus ama el aire húmedo, así que deberás asegurarte de rociarla a diario. El riego excesivo puede provocar la muerte de la planta, por lo que esta palma debe regarse después de que se haya secado la tierra durante un par de días.
3. Palma de yuca
La palma de yuca crece naturalmente al sol en regiones templadas o subtropicales. Es por eso que la planta no exige el riego frecuente: la planta tolera el secado en exceso mejor que el anegamiento.
En la estación cálida se recomienda controlar que el suelo se seque entre riegos y, en otoño e invierno, riégalo moderadamente, según la temperatura. La temperatura óptima es de 24 a 26° C en verano y de 18 a 20° C en invierno. Para deleitar la yuca con un follaje exuberante, colócala en un lugar bien iluminado.
4. Palmera datilera
La popularidad de la lujosa palmera datilera se debe en gran parte a su facilidad de cuidado: en climas cálidos no se rocía más de una vez al día, y en invierno no es necesario rociarla en absoluto.
Debe regarse en la estación cálida cada pocos días, en el frío, un poco menos. Para un crecimiento saludable, coloca la planta junto a una ventana y, desde finales de la primavera hasta principios del otoño, la palma se puede sacar al aire libre.
Un verdadero hallazgo para aquellos que no están dispuestos a dedicar mucho tiempo al cuidado de las plantas.