La mayoría de los mecanismos de defensa son bastante inconscientes, eso significa que la mayoría de nosotros no nos damos cuenta de que los estamos usando en el momento. Algunos tipos de psicoterapia pueden ayudar a una persona a conocer qué mecanismos de defensa están utilizando, qué tan efectivos son y cómo usar mecanismos menos primitivos y más efectivos en el futuro.
Después de una situación traumática o dolorosa inconscientemente creamos una serie de mecanismos de defensa y entre ellos está la soledad, sobre todo después de fracasos sentimentales, rupturas amorosas o conflictos sociales. A continuación te brindamos 5 señales que indican que tu soledad se ha convertido en un mecanismo de defensa.
Cómo funciona el mecanismo de defensa
La soledad podría revelar un mecanismo de defensa frente a algo que nosotros hemos decidido, sea consciente o inconscientemente, dejar de enfrentar por miedo o creencias. Consideramos que estar sólos no podrá exponernos a eso de lo que nos estamos defendiendo, pero entender si realmente se trata de un mecanismo de defensa puede ser el comienzo del cambio.
Tener miedo al fracaso amoroso
Poner la soledad como excusa a una nueva relación es un mecanismo de defensa bastante común. Decir que se está mejor sólo que con alguien no siempre es un afirmación sincera. Este mecanismo de defensa se usa tras una mala experiencia en una relación amorosa o una ruptura dramática. Ese miedo de volver a pasar por lo mismo los lleva a optar por la soledad antes que comenzar una nueva relación.
No existe interés en el compromiso
Muchas personas no logran establecer un compromiso en lo que ha pareja se refiere, es por eso que optan por la soledad como un mecanismo de defensa, una suerte de barrera al compromiso. En estos casos la persona evita a toda costa el compromiso, pasa la vida entre relaciones intrascendentes y esporádicas, y a la hora de pasar al siguiente nivel si se diera el caso, la soledad siempre será la mejor excusa.
Pasar mucho tiempo solo
Encontrarse a sí mismo es un ejercicio saludable, así como disfrutar la soledad al máximo. Pero muchas veces esto se vuelve una constante y empieza a convertirse en un mecanismo de defensa para alejarse de los demás y muchas veces del mundo. Si empiezas a preferir a estar solo que con amigos, familiares o una pareja, quizás estés usando esa valorada “soledad” como un mecanismo de defensa.
Los principales pasatiempos y aficiones se hacen en soledad
De pronto las actividades sociales se han convertido en cosa del pasado, salir con amigos ya dejó de ser atractivo y lo ves hasta aburrido. Prefieres pasatiempos y aficiones que se hacen en soledad, como la jardinería, la lectura o construir algo en casa; hasta prefieres los deportes individuales antes que los colectivos. Esto suele suceder gradualmente y de un momento a otro caes en cuenta que no haces ningún tipo de actividad social.
Alejarse de todos y de todo
En algunos casos la soledad se convierte en algo más que una constante, puede convertirse en una forma de vida. Poco a poco te alejas de tus amigos y familiares; dejas de realizar actividades sociales como ir al cine, a un bar, fiestas o al estadio a ver tu deporte favorito; cada vez llamas menos a tus amigos y no les respondes ni devuelves las llamadas; dejas de asistir a eventos sociales y sales lo necesario a la calle.
En este caso en particular la opción de soledad que has tomado es más que un mecanismo de defensa y el problema es más grande de lo que se cree. Es recomendable detectar estos casos para poder darle al vuelta, quizás animarte de nuevo a salir del cascarón y evitarte los problemas que puede causarte este mecanismo de defensa constante. Ver información sobre 5 hábitos que pueden causarte depresión.
Redacción: Equipo de Vida Lúcida