Comer salmón puede ser una de las mejores cosas que puedes hacer para mejorar tu salud física como mental, y lo que necesitas es comprender las mejores fuentes de salmón.
Los alimentos que tienen una increíble variedad de beneficios para la salud que van más allá de solo su valor nutritivo se consideran superalimentos.
Estos alimentos suelen estar cargados con una combinación de ácidos grasos esenciales, fitonutrientes antioxidantes y aminoácidos esenciales. El salmón silvestre que se encuentra en aguas no contaminadas es un súper alimento extraordinario. Incorporar el salmón regularmente en tus comidas es una muy buena opción.
El salmón silvestre es rico en ácidos grasos omega-3 de cadena larga que son esenciales para una función neurológica y cardiovascular saludable . La astaxantina es un antioxidante carotenoide único que le da al salmón su color rosado. Este fitonutriente se produce naturalmente en algas específicas que transmiten sus efectos de eliminación de radicales libres a los animales marinos, como el salmón que los consume.
El salmón salvaje es rico en astaxantina
El salmón salvaje se alimenta naturalmente de algas rojas y acumula astaxantina dentro de su tejido muscular, lo que le da su característico color rojo rosado.
Los salmones son uno de los animales más fuertes del mundo con una increíble habilidad para nadar río arriba contra las fuertes corrientes. Se le atribuye a la astaxantina la protección antioxidante que les brinda la sorprendente fuerza y resistencia para nadar en ríos y cascadas.
Estas algas también proporcionan al salmón las materias primas para producir los ácidos grasos omega-3 de cadena larga EPA y DHA. El salmón silvestre también contiene el espectro completo de aminoácidos esenciales necesarios para la reparación celular y mejorar la función inmune. Cuanto mayor es el porcentaje de microalgas en la dieta del salmón, más concentrada es su astaxantina y se convierten en ácidos grasos omega-3.
Comer salmón y sus efectos sobre el cerebro y sistema nervioso
Las membranas celulares del cerebro, la médula espinal y el sistema nervioso dependen especialmente de las membranas fluidas para la señalización adecuada y la dinámica de los neurotransmisores (1).
El cerebro se compone por un 60% de grasa y 10-15% de DHA. Estos ácidos grasos ayudan a respaldar los procesos de señalización celular para que el sistema nervioso pueda comunicarse efectivamente. Además, reducen la inflamación en todo el cuerpo.
La estructura cerebral óptima depende de un conjunto saludable de grasas saturadas y colesterol en la membrana para mantener la fluidez de las grasas. Luego, una carga de EPA y DHA entre las estructuras sólidas para darle un gran nivel de movilidad de fluidos. Una dieta que es deficiente en grasas saturadas, EPA y DHA es muy peligrosa para el sistema nervioso.
Numerosos estudios (2, 3, 4)han indicado bajos niveles de ácidos grasos omega-3, como EPA y DHA en personas que tenían problemas de aprendizaje, memoria y trastornos neurológicos, así como problemas mentales y/o psicóticos.
Las personas que comen salmón salvaje capturado regularmente tienen niveles significativamente más bajos de estos trastornos y tienen menos inflamación en el cuerpo, lo que se traducen en una disminución de los dolores en personas con inflamación crónica.
Referencias:
- Acidos grasos omega-3 y neurotransmisión de monoaminas. (Inserm U619, Tours, Francia.)
- La suplementación dietética de ácidos grasos omega-3 para optimizar la estructura y la función neuronal. (Department of Psychology, Regis College, Weston, MA 02390, USA)
- Ácidos grasos esenciales y el cerebro. (Departamento de Fisiología, Universidad de Pretoria, PO Box 2034, Pretoria 0001)
- Ácidos grasos Omega-3 y trastornos neuropsiquiátricos. (Human Biology and Nutritional Sciences, University of Guelph, Guelph, Ontario, Canada).