Todos hemos experimentado el rencor y la amargura en nuestras vidas. Algunas veces estamos expuestos a experiencias tan dolorosas que dejan marcas que son difíciles de curar, especialmente si sentimos que alguien nos ha perjudicado o nos ha herido.
Cómo dejar ir el rencor y la amargura cuando te hacen sufrir mucho
Una respuesta natural a algo que nos ha causado heridas puede desarrollar un rencor y amargura, o incluso un odio hacia la persona que nos ha causado tener esos sentimientos. Pero la persona que guarda rencor siempre sufre más.
Cuanto más tiempo guardamos rencor, más difícil será perdonar y seguir adelante. Puedes comenzar a liberarte cuando comiences a perdonar. Aquí hay ocho formas de controlar el dolor y encontrar la fuerza para dejarlo ir.
1. Reconocer el problema
Averigua qué es lo que está causando que guardes rencor. Tienes que saber cuál es el problema para resolverlo. Cuando te permitas ver el problema real, puedes tomar la decisión de avanzar desde allí.
2. Comparte tus sentimientos
Un resentimiento puede formarse cuando un problema no se enfrenta completamente. Sin juzgarte a ti mismo u otro, clarifica tus sentimientos sobre la situación. Luego, decide si esto es algo en lo que trabajarás en tu propio corazón o contactando a la otra persona involucrada. Solo cuando estés listo, comunícate con la otra persona sobre el problema. Ya sea que lo resuelvas por tu cuenta o involucres a la otra persona, puedes sentirse más aliviado al liberar esa tensión acumulada y todos los involucrados pueden tener una mejor comprensión de la situación y ser capaces de resolver el problema.
3. Cambia de lugar
Para comprender mejor a la otra persona, intenta ponerse en su lugar. Esto te dará una mejor comprensión de su punto de vista y comportamiento. Tal vez la persona en cuestión tenía mucho dolor. Esto no justifica su negatividad, pero te ayudará a entenderlo. Cuanto más entiendas a la otra persona y su comportamiento, más fácil será dejar de lado el rencor.
4. Aceptar lo que es
Elige crear tu propia curación, con o sin una disculpa. No esperes a que venga la persona con la que estás molesto. Por lo que sabes, ya han superado el problema y no están pensando tanto en ello. Incluso si no ofrecen una disculpa, no significa que no estén arrepentidos. Algunas personas no pueden pedir disculpas o es posible que no entiendan completamente que la persona a la que lastiman puede necesitar escuchar una.
5. No te detengas en ello
Una vez que hayas decidido seguir adelante, sigue moviéndote. No pienses demasiado en la situación ni la discutas continuamente. Solo empeorará las cosas y será más difícil superarlo. Si alguna vez te planteas el tema en una conversación, cambia el tema o simplemente velo como el pasado y déjalo ahí.
6. Toma lo positivo
Por cada situación negativa hay una positiva; aunque no lo creas. Si tomas esto como una experiencia de aprendizaje, te beneficiará de saber más sobre ti y la otra persona. Elige aprender una lección valiosa o sal con una mejor comprensión que pueda ayudarte a dejar de lado el problema y no resentirte con la otra persona.
7. Déjalo ir
Dejar ir permite espacio para la paz y la felicidad. Un rencor duradero solo te agotará física y emocionalmente y con seguridad podría afectar tu salud. Utilizarás más energía de la que puedas imaginar guardando rencor que soltando.
8. Perdona
Por supuesto, perdonar no significa que olvidarás el problema. Es solo reconocer sus diferencias y aceptar que nadie es perfecto y todos cometemos errores de los que deberíamos aprender. Perdonar no es lo más fácil de hacer, especialmente cuando has sufrido mucho dolor y amargura, pero es la única manera de tener paz de verdad.