Si sufres de dolor de espalda, sabes lo frustrante y agotador que es. Aproximadamente el 80% de los adultos experimentarán dolor lumbar en algún momento de sus vidas. Sin embargo, no existe una receta única para el alivio del dolor de espalda, pero hay algunas cosas que pueden ayudar.
Stuart McGill, PhD, MSc, profesor de renombre mundial en la Universidad de Waterloo en Canadá, dice que debemos evitar ejercicios como los abdominales y, en cambio, centrarnos en fortalecer y estabilizar el torso.
La postura es fundamental
La postura es la posición en la que mantienes tu cuerpo en posición vertical mientras estás de pie, sentado o acostado. Para tener una buena postura, debes entrenar tu cuerpo para pararte, caminar, sentarte y estar en posiciones en las que se ejerza una tensión mínima en los músculos y ligamentos de soporte durante el movimiento.
¿Cuáles son los beneficios de una buena postura?
La postura correcta:
- Mantiene los huesos y las articulaciones en la alineación adecuada para que los músculos se utilicen correctamente.
- Ayuda a reducir el desgaste de las articulaciones que puede conducir a la artritis.
- Reduce la tensión en los ligamentos que mantienen unidas las articulaciones de la columna vertebral.
- Previene la fatiga porque los músculos se usan de manera más eficiente, lo que permite que el cuerpo use menos energía.
- Previene dolores de espalda y dolores musculares.
- Contribuye a la buena apariencia.
Por lo tanto, la postura correcta es una forma simple pero muy importante de mantener saludables las complejas estructuras de la espalda y la columna vertebral.
Una buena postura es valiosa para reducir el dolor de espalda y cuello. El apoyo para la espalda es especialmente crucial para aquellos que pasan muchas horas sentados en una silla de oficina o de pie durante todo el día.
Este ejercicio te ayudará si sufres dolor de espalda
El ejercicio de un minuto, paso a paso, que te ayudará a reducir el dolor de espalda de forma efectiva:
1 Acuéstate boca arriba, con los brazos extendidos a los costados y las piernas ligeramente flexionadas, con la espalda tocando el suelo.
2 Deja que las rodillas caigan suavemente hacia un lado y al mismo tiempo gira la cabeza hacia el otro.
3 Mantén esta posición durante 10 segundos, luego repite del otro lado, asegurándote de que los hombros no se levanten del suelo.