Ayuno intermitente: según un nuevo estudio, esta práctica es capaz de cambiar la actividad de las bacterias intestinales en ratones y aumentar su capacidad para recuperarse del daño nervioso.
Los descubrimientos del equipo de investigación
Esta nueva investigación fue publicada en Nature y fue realizada por investigadores del Imperial College London. Ellos pudieron notar cómo el ayuno promovió que las bacterias intestinales aumentaran la producción de un metabolito conocido como ácido indol-3-propiónico (AIA), que se requiere para la regeneración de las fibras nerviosas llamadas axones.
Estructuras que parecen filamentos en los extremos de las células nerviosas que transmiten señales electroquímicas a otras células del cuerpo.
Este mecanismo fue descubierto en ratones y los científicos esperan que se confirme en futuros estudios con humanos. Según el equipo, la bacteria que produce el AIA, la esporogénesis de Clostridium, se encuentra naturalmente en los intestinos de humanos y ratones, y ese AIA también existe en el torrente sanguíneo de los humanos.
«Actualmente, no existe una cura para las personas con daño nervioso, aparte de la rehabilitación quirúrgica, que solo es efectiva en un pequeño porcentaje de casos, lo que nos lleva a investigar si los cambios en el estilo de vida podrían ayudar a promover la recuperación», dijo la autora del estudio, la profesora Simone Di Giovanni del Departamento Imperial de Ciencias del Cerebro.
El ayuno intermitente se ha relacionado previamente en otros estudios con la curación de heridas y el desarrollo de nuevas neuronas, pero este estudio es el primero en explicar exactamente cómo el ayuno puede ayudar a sanar los nervios.
El ayuno como posible cura para problemas de los nervios
El estudio evaluó la regeneración del nervio ciático en ratones después de haberlo cortado. Este es el nervio más grande que va desde la columna hasta la pierna. La mitad de los ratones ayunaron de forma intermitente (comieron todo lo que querían y luego no comieron nada en días alternos), mientras que la otra mitad podía comer libremente sin ninguna restricción.
Estos 2 programas de alimentación se llevaron a cabo durante un período de 10 días o 30 días antes de su operación y se controló la recuperación de los ratones de 24 a 72 horas después de cortar el nervio. Se midió la longitud de los ejes regenerados y fue aproximadamente un 50% más larga en ratones que llevaban el ayuno.