Mejor estar solo que con cualquiera

Si la compañía de cierta persona te trae más preocupaciones y sufrimientos que las alegrías de la comunicación, entonces quizás deberías considerar alejarte de ella. Después de todo, a veces es mejor estar solo que mal acompañado.

Mejor solo

Seguro que conoces la expresión: “es mejor estar solo que con cualquiera”. Y esta es la pura verdad. La soledad es a veces la mejor solución para no estar en compañía de “personas tóxicas”.

¿Por qué no estamos solos si la vida en pareja nos hace daño?

Pero a veces puede resultarnos difícil alejarnos de las situaciones, relaciones y personas que hacen que nuestra vida sea literalmente martirizada. ¿Por qué nos aferramos a todo esto? La respuesta es muy simple: la razón de todo es nuestro miedo.

Cuando estamos en medio de una relación tormentosa, o incluso una relación que parece tranquila, pero que es una gran molestia e incomodidad para ambos, tenemos dos opciones: La primera es dejar todo como está, estar infeliz y exhausto. La segunda es terminar la relación dolorosa, a pesar de todos tus miedos, y emprender un nuevo camino que definitivamente resultará mejor y más interesante.

Entonces, incluso si estás solo y te sientes impotente al principio, es probable que encuentres paz mental y te sientas mucho más feliz.

Sucede que desarrollamos relaciones tóxicas con personas que, en general, no se pueden llamar “malas”. Y, sin embargo, nuestra relación con ellos no es sana. Puede haber manipulación, mentira, y envidia, e incluso abuso (o abuso psicológico).

Es importante preguntarse a tiempo: “¿qué obtenemos de tales relaciones, permitiendo ciertas situaciones?”

Después de todo, está claro que nos sentimos mal (francamente) por estar en la compañía equivocada y con la persona equivocada. El problema es que simplemente tenemos miedo, y ese miedo nos impide decidir dejar a esa persona y romper la relación. Y, sin embargo, sucede que este sentimiento se ve reforzado por las personas que están alrededor.

No debes tener miedo a estar solo

Para muchos la soledad no es una opción, pues desde pequeños les martillaron literalmente en la cabeza la idea de que si no tienes amigos o pareja permanente, entonces eres un “perdedor”.

Por eso la soledad se percibe sesgada. Por lo tanto, se nos hace aún más difícil terminar una relación con alguien, aunque nos haga daño.

Pero hay una circunstancia muy importante que no siempre tenemos en cuenta: después de todo, ¡así es como perdemos un tiempo precioso de nuestras vidas! Tiempo que nos vendría bien estar a solas con nosotros mismos, conocernos y disfrutar de nuestra compañía.

Entonces, ¿por qué nos dejamos manipular? ¿Por qué aguantamos hasta que la humillación y los insultos nos quitan toda la fuerza mental?

Si estamos en una relación que no nos favorece, la decisión de estar solo equivale a la decisión de ser libre.