Para cantar en la ducha no es necesario tener la voz de Whitney Houston o Freddy Mercury, es igualmente beneficioso. De hecho, es probable que te hayas dado cuenta de que tu voz suena mejor en el baño, lo cual se debe a que la acústica en el baño es perfecta para organizar un pequeño concierto privado.
¿Por qué en el baño y no en otra habitación?
Los azulejos en las paredes no absorben el sonido, lo que significa que tu voz rebota antes de apagarse por completo. Se estima que en el baño, las ondas de sonido pueden vibrar aproximadamente 100 veces por segundo. Por lo tanto, puedes escuchar tu voz más tiempo que en una habitación normal.
Además, dado que los baños suelen ser espacios pequeños, la voz adquiere un sonido más profundo y mejora los tonos graves, por lo que suena más potente. Esa comunión de factores es lo que hace que tu voz sea lo suficientemente mejor mientras cantas en la ducha. Sin embargo, lo más interesante no son los efectos de sonido que pueden alimentar tu ego haciéndote creer que eres un buen cantante, sino las increíbles ventajas a nivel psicológico de ese simple acto.
Cantar en la ducha mejora tu estado de ánimo
No importa si cantas en la ducha temprano en la mañana antes de ir a trabajar, o cuando vuelves a casa por la noche, en cualquier caso la música puede mejorar tu estado de ánimo. Cuando cantas, tu cerebro libera endorfinas, neurotransmisores relacionados con la relajación que también reducen la percepción del dolor.
Cantar también promueve la liberación de dopamina, un neurotransmisor que genera una agradable sensación de placer y satisfacción. La clave es que la música actúa directamente en el sistema límbico, especialmente en la amígdala, la estructura responsable del procesamiento de las emociones. Por lo tanto, cantar es una excelente estrategia para eludir el control de los lóbulos prefrontales que nos mantienen preocupados y en tensión, para aliviar las tensiones y el estrés, alcanzando un estado de relajación.
Disminuye el nivel de cortisol, la hormona del estrés
Un estudio reciente realizado en la Universidad Tsurumi reveló que el canto es una actividad perfecta para sincronizar las funciones vegetativas, como la presión arterial, la respiración y la frecuencia cardíaca. Estos investigadores pidieron a los participantes cantar tres canciones seguidas, por solo 3 minutos.
Después de ese tiempo, nuevamente midieron sus signos vitales, tomando muestras de saliva y sangre. Descubrieron que había una disminución en la presión sanguínea y la frecuencia cardíaca, marcando el ritmo con la respiración. Además, mostraron niveles más bajos de cortisol en su sangre, la hormona del estrés. Esas personas también informaron sentirse más cómodas y relajadas.
Facilita la respiración profunda al vaciar la mente de las preocupaciones
La respiración es una función clave que tendemos a descuidar. Normalmente respiramos superficialmente y entrecortado, lo que no facilita la oxigenación. Cuando cantamos ese proceso se invierte, generalmente respiramos profundamente, lo que mejora la oxigenación en todos los niveles del organismo.
Cuando agregamos el efecto del agua, que tiene una acción revitalizante, podemos entender por qué una ducha puede volverse tan regenerativa. De hecho, algunos investigadores han llegado a equiparar los beneficios psicológicos y físicos del acto de cantar bajo la ducha con los efectos de la meditación. No es extraño, porque cuando cantamos en un ambiente donde nos sentimos cómodos y sabemos que nadie nos va a juzgar, simplemente lo disfrutamos y vaciamos nuestras preocupaciones.