Lo primero que se nos viene a la mente al hablar o leer acerca de niveles bajos de estrógenos, también conocidos como hipoestrogenemia, es lo relacionado con el proceso fisiológico de la menopausia. Sin embargo, es necesario aclarar ciertos términos básicos, así como entender que se pueden presentar signos clínicos de hipoestrogenemia sin relación directa con la menopausia.
Qué son los estrógenos
Son hormonas sexuales de tipo esteroideas. Existen varios tipos conocidos como estrona, estriol y estradiol, con algunas variaciones en la biosíntesis y función, pero que en líneas generales son producidos mayormente a nivel ovárico.
Otros tejidos como el adiposo, placentario y las glándulas adrenales son capaces de producir en una menor proporción estrógenos en comparación con los ovarios.
Cuál es la función de los estrógenos
Los estrógenos participan en múltiples funciones siendo fundamentales en el aspecto reproductivo. Ejercen efectos directos sobre el útero a nivel de su cavidad y cervical, favoreciendo la proliferación y crecimiento de las células endometriales (células que recubren el interior del útero), necesarios para la implantación y mantenimiento del embarazo.
Así mismo, actúa a nivel ovárico para favorecer el desarrollo de un folículo que posteriormente ovulará, siendo igualmente necesario los niveles adecuados de otra hormona muy importante que actúa en conjunto con los estrógenos conocida como progesterona.
Los estrógenos también son capaces de actuar a nivel del Sistema Nervioso Central por medio de una función endocrina reguladora de sus propios niveles (conocido como retroalimentación) y de los niveles de otras hormonas y neurotransmisores con la finalidad de mantener un equilibrio necesario para el adecuado funcionamiento del organismo.
Los estrógenos están estrechamente relacionados con el desarrollo y generación de los caracteres sexuales secundarios en la mujer, como el desarrollo mamario y genital, la aparición del vello púbico, cambios en la distribución grasa, incluso en los cambios relacionados con la conducta y personalidad una vez alcanzada la adolescencia y adultez temprana.
De igual forma, es importante resaltar que no solo inciden sobre el sistema reproductor, sino que además los niveles de estrógenos tienen influencia en el sistema cardiovascular, muscular, urinario, óseo, nervioso e inmune.
¿En qué condiciones es posible presentar niveles bajos de estrógenos?
Como hicimos referencia al inicio de este artículo, no solo la menopausia genera disminución de los niveles de estrógeno que, como ya sabemos, es un proceso fisiológico o natural.
También existen situaciones patológicas como la falla ovárica precoz, que ya sea por razones genéticas, inmunológicas o patológicas conduce a la pérdida de la actividad ovárica con disminución drástica de los niveles de estrógenos, generando principalmente problemas de infertilidad.
Otras condiciones patológicas que pueden dañar o afectar los niveles de estrógenos son las patologías neoplásicas (cáncer) tanto a nivel central (hipotálamo – hipófisis) como gonadal, directamente en el ovario, siendo requerido en algunos tratamientos para cáncer la radiación que puede dañar y afectar la reserva ovárica severamente y con ello, su función endocrina y reproductiva.
La disminución de los niveles de estrógeno puede estar asociada a algunas terapias. Existen algunos medicamentos como los usados en el tratamiento de fertilidad y del cáncer que pueden afectar los niveles de estrógeno.
Evidentemente, los niveles de estrógeno también disminuyen en la cirugía ovárica, cuando es necesario el retiro de ambos ovarios (cirugía conocida como ooforectomía bilateral).
Signos de hipoestrogenemia
Así como la elevación consecutiva de los niveles hormonales al inicio de la pubertad produce distintos cambios en la adolescente, la disminución de los estrógenos igualmente es percibido por la mujer a través de signos y síntomas secundarios.
Entre los más comunes se encuentran los cambios menstruales (irregularidad en cuanto a días de aparición de la regla como en la duración y cantidad de sangrado), la presencia de calorones o bochornos (cambios súbitos de la percepción de temperatura), labilidad emocional y alteraciones en el estado anímico, disminución de la libido (deseo sexual).
También, trae cambios en la coloración de los pezones y aréola, así como disminución de la turgencia mamaria y genital, con disminución igual de la lubricación que produce molestias al momento del acto sexual, favorecimiento de prolapsos (descenso de órganos pélvicos) que son consecuencia de la disminución de la síntesis de colágeno y disminución de la resistencia del tejido conectivo pélvico, que secundariamente genera aumento de la frecuencia de infecciones genitales y urinarias.
Finalmente, existen consecuencias de la disminución de los niveles de estrógenos que se suceden posterior a un periodo largo (mayor a dos años), como la disminución de la resorción ósea (pérdida de masa ósea u osteopenia) que incluso puede llegar a convertirse en un verdadero problema cuando se debilita en gran medida el hueso y es factor de riesgo para fracturas espontáneas.
El riesgo de enfermedad cardiovascular igualmente aumenta por incremento de la formación de placas de ateroma (oclusión de vasos sanguíneos), así como también el riesgo de accidentes cerebrovasculares.