Tener éxito en la vida no es más que tener hijos felices

Todos los padres hacen todo lo posible para que sus hijos estén sanos, tengan actividades agradables en su día y, por supuesto, tengan amor y cuidado. ¿Pero son realmente felices? Una pregunta que siempre atormenta a los padres.

Un hijo feliz

Es posible que en tu vida diaria, ser madre o padre sea una cuesta empinada difícil de escalar. Puede haber días en los que creas que estás haciendo algo mal y te acuestes llorando por la noche porque crees que no estás haciendo nada bien, aunque no sepas qué es. Si esto sucede, podemos decir que lo estás haciendo bien, porque todos los días tratas de hacer todo lo posible.

No obstante, la perfección no es posible, nadie puede decirte que lo que haces todos los días cuando crías a tus hijos es bueno o malo, porque estás haciendo lo que puedes, lo mejor que eres, lo mejor que puedes y siempre piensas en el bienestar de tus hijos. Quieres que crezcan para ser buenas personas que, gracias a ti, hayan aprendido a distinguir entre el bien y el mal.

Los valores en casa se extienden hacia el mundo

Enseñas a tus hijos mediante la convivencia los valores que pueden extender hacia el exterior, el mundo que los rodea. Quieres que tus hijos sean personas exitosas y sepan relacionarse bien con los demás, para avanzar en la vida para alcanzar las metas que se han propuesto.

Por eso, tu objetivo desde que nacen es que sean buenas personas, y les inculcas buenas cualidades que no solo contribuirán a su buen crecimiento, sino que también les ayudarán a ser buenas personas.

Qué ellos alcancen sus metas y sean personas exitosas es una de las metas como padres, que sean felices y aprendan a valorar lo que les rodea, es nuestro verdadero éxito.

Cómo les enseñas a ser felices

Niño feliz jugando

Lo que hace felices a los niños puede sorprenderte. Los expertos en desarrollo infantil que estudian el tema dicen que la felicidad no es algo que se le pueda dar a un niño como un lindo regalo.

De hecho, dicen los expertos, si los niños tienen muchos juguetes o están emocionalmente protegidos de cualquier cosa desagradable, es más probable que se conviertan en adolescentes aburridos de todo, cínicos y que no encuentran placer en nada. 

Los factores de la felicidad son internos y no externos

Es muy importante que los padres ayuden a los niños a desarrollar un conjunto de «herramientas» internas en las que puedan confiar durante toda su vida.

La buena noticia es que no es necesario ser un experto en psicología infantil para darles la fuerza interior y la sabiduría que necesitan para superar los altibajos de la vida. Con paciencia y flexibilidad, cualquier padre puede sentar las bases para una vida feliz.

Presta atención a las señales: si tu hijo es tímido, no dirá que es infeliz. Solo se necesita más atención para distinguir quizás una señal «mala».

Haz espacio para la diversión

Si tu hijo pudiera recordar sus momentos más felices, serían con sus padres. Esta es la primera clave para un niño feliz. Jugar con ellos. Si te diviertes, ellos también se divertirán. Si estás realmente cerca de él en la infancia, es la mejor garantía para la felicidad futura del niño.

El juego es una necesidad, da alegría. Pero también desarrolla habilidades necesarias para su futura felicidad. El juego no es después de clases escolares o deportes organizados, el juego es cuando los niños inventan, crean y sueñan.

Ayúdalos a desarrollar sus talentos

Dicen los expertos que los niños son felices cuando han logrado algo por sí solos, muy bien, por ejemplo, aprender a andar en bicicleta

Aprenden de sus errores, aprenden a tener perseverancia y disciplina, y luego están muy felices porque lograron algo basándose en sus propias fortalezas. También entienden muy bien que cuando intentan algo con persistencia lo consiguen. Este sentimiento de pequeños y grandes éxitos genera confianza.

Tener hijos felices es una consecuencia de nuestra forma de educar, de los momentos que estamos dispuestos a compartir y de cómo hemos forjado valores en los más pequeños.