Zumo de naranja para el desayuno más sano

Frescas, dulces y con un sabor perfumado, las naranjas también tienen excelentes beneficios para el cuerpo. Una de las grandes cualidades de los zumos de naranjas es que actúan como agentes de limpieza y desinfección, también se pueden usar terapéuticamente y son perfectas para el desayuno.

Prueba este zumo de naranja para bajar de peso

Un paseo al supermercado o frutería de confianza, un exprimidor y un vaso. Poco más que eso, dejando al margen las fluctuaciones del mercado agrícola, es lo que cuesta meterse en el cuerpo una buena cantidad de vitaminas de lo más sanas y naturales, y ahora que se acercan los calores veraniegos, también bastante fresquitas.

El zumo de naranja es bueno para nuestro organismo

¿Cómo podemos conseguir tal cantidad de beneficios, además de manera completamente legal y con el permiso (y hasta la recomendación) de las autoridades competentes?

Mediante una receta que debería estar considerada como un de las preparaciones más atractivas: el zumo de naranja. Ya sea recién exprimido o envasado, un buen vaso todas las mañanas y en el desayuno nos ayudará a comenzar el día con buen pie.

El jugo o zumo de naranja asegura una mayor sensación de saciedad después del desayuno. La interacción del jugo de naranja, pan integral, yogur y huevo es particularmente eficiente. Los azúcares naturales, junto con las proteínas, la grasa y la fibra proporcionan un bajo índice glucémico (IG) de la comida. Esto aumenta la sensación de saciedad y reduce el deseo de azúcar durante la mañana.

Además, la combinación de proteínas, hidratos de carbono y grasas saludables nos ayuda a reducir la cantidad de insulina que necesita generar nuestro cuerpo, con lo que también controlamos los niveles de azúcar en sangre de una manera más eficiente.

Desde China con amor

Perteneciente a la gran familia de los cítricos, en la que también podemos encontrar otras frutas como limones y pomelos, la naranja se conoce desde tiempos inmemoriales en su tierra de origen, el Sureste asiático, aunque a nosotros nos llegó algo más tarde, en el siglo XV, gracias a los marineros portugueses que la trajeron de la India.

A partir de ahí se hizo indispensable en nuestra cultura gastronómica, tanto que ya Cristóbal Colón llevó varios ejemplares de esta planta en su segundo viaje a América. De esa manera, el árbol del naranjo pudo extenderse por todo el Nuevo Continente, que acabaría convirtiéndose en el mayor productor mundial de lo que los científicos conocen como “citrus sinensis”. Destacan sobre todo Brasil, los Estados Unidos, en especial en la península de la Florida, y México.

Vitaminas para dar y tomar

El zumo es la manera más sencilla y eficaz de consumir naranjas y aprovechar las casi innumerables propiedades que esta fruta nos ofrece. Cien gramos de naranja, equivalentes a más o menos el jugo que sale de una pieza de tamaño medio, contienen 225 UI (unos 68 microgramos) de vitamina A, 87 microgramos de B1, 40 microgramos de B2, 282 microgramos de B3, 60 microgramos de B6 y 180 microgramos de vitamina E, además de elementos imprescindibles para el buen funcionamiento del cuerpo como potasio, calcio, fósforo, magnesio, hierro, zinc y cobre.

Pero sobre todo, por lo que son muy conocidas las naranjas es por su aporte en vitamina C: en los mismos 100 gramos aporta más de 53 microgramos de este compuesto, necesario para que huesos, cartílagos, dientes y piel se mantengan en buenas condiciones. Eso sí, la ciencia no ha conseguido demostrar que sea eficaz para curar los resfriados, como mantiene la creencia popular, pero sí que es esencial para que el sistema inmunológico funcione y previene otras enfermedades como el escorbuto.