8 razones por las que necesitamos zinc: beneficios y efectos

El zinc es un mineral esencial que es necesario en todos los órganos, tejidos y fluidos del cuerpo. Este está involucrado en una variedad de procesos biológicos y es el segundo oligoelemento más abundante en el cuerpo después del hierro.

Alimentos con zinc indispensables en la dieta

Razones por las que necesitamos zinc

El zinc está involucrado en más de 300 funciones bioquímicas importantes para la síntesis y el metabolismo de carbohidratos, grasas, proteínas, ácidos nucleicos y otros micronutrientes.

El zinc mejora la estabilización de las estructuras celulares y orgánicas, la función inmune, la curación de heridas, la división celular, el crecimiento, la coagulación de la sangre, la función tiroidea, la visión, el gusto y el olfato.

 Dado que el zinc es importante para el sistema inmunológico, la deficiencia de esta sustancia contribuye significativamente al desarrollo de enfermedades.

Este mineral esencial no se produce de forma natural en el cuerpo, por lo que se requiere una ingesta regular de alimentos ricos en zinc.

Los síntomas comunes de una deficiencia de zinc son pérdida de apetito, pérdida de sabor y olfato, pérdida de cabello, indigestión, fatiga crónica, infertilidad, desequilibrios hormonales, sistema inmunológico débil, cicatrización lenta de heridas, presión arterial baja, manchas blancas en las uñas.

Los siguientes son algunos beneficios y efectos importantes del zinc, y por qué es tan importante mantener niveles óptimos de este mineral en nuestro organismo.

1. Mejora la recuperación muscular

El zinc es importante en la división celular y el crecimiento celular. Este promueve la reparación y el crecimiento muscular al permitir que el cuerpo sane pequeños desgarros musculares, fortaleciendo así los músculos y los huesos. 

Además, el zinc ayuda a liberar testosterona, hormona del crecimiento, y factor de crecimiento IGF-1, los cuales pueden proporcionar una masa muscular y un metabolismo saludables.

2. Mejora la absorción de nutrientes

El zinc juega un papel en la síntesis de proteínas y el cuerpo lo necesita para poder usar los aminoácidos de los alimentos. También está involucrado en la descomposición de los carbohidratos, que son una de las fuentes de energía más importantes para nuestro organismo.

La deficiencia de zinc puede conducir a bajos niveles de energía y fatiga crónica. Ingerir cantidades saludables de este mineral mejora el metabolismo y aumenta el nivel de energía.

3. Es bueno para tener equilibrio hormonal

El zinc también está involucrado en la producción de hormonas, con lo cual promueve la salud hormonal y la fertilidad. Este regula el nivel de testosterona en el cuerpo, que es una hormona que juega un papel importante tanto en hombres como en mujeres.

 Por otro lado, el zinc afecta las hormonas sexuales femeninas y está involucrado en la formación y liberación de óvulos de los ovarios.

El zinc es necesario para la producción de estrógenos y progesterona. Tener niveles excesivos o demasiado bajos de estrógeno pueden aumentar los problemas de la menstruación, provocar cambios de humor, menopausia precoz, infertilidad y aumentar el riesgo de ciertos tipos de cáncer.

4. Es una medida contra la diabetes

Otro de sus beneficios es que nivela las cantidades de insulina. La insulina es la hormona más importante involucrada en la regulación del azúcar en la sangre. El zinc retiene la insulina para que se almacene en el páncreas y se libere cuando la glucosa ingrese al torrente sanguíneo.

El zinc mejora el uso de enzimas digestivas y permite que la glucosa se use como combustible en lugar de almacenarse como grasa.

5. Fortalece el sistema inmunitario

El zinc ayuda a combatir los resfriados y síntomas similares de esta enfermedad. Este reduce el riesgo de contraer un resfriado y además acelera el proceso de curación. 

El zinc altera el proceso molecular que causa la formación de moco y bacterias en las cavidades nasales, y estimula la actividad de los glóbulos blancos para proteger contra infecciones contagiosas y fúngicas como la neumonía.

6. Es bueno para el corazón y los vasos sanguíneos

Este mineral mantiene saludables a las células del sistema cardiovascular y reduce la inflamación y el estrés oxidativo. El endotelio es la capa celular interna delgada de los vasos linfáticos y sanguíneos, que se compone principalmente de zinc.

Además, el zinc promueve la circulación sanguínea y la salud del corazón, protege contra las arterias obstruidas y dañadas, y sirve como una cura natural para la hipertensión.

7. Bueno para la salud de la piel

Es un remedio casero natural para curar las espinillas y las heridas por acné, ya que está involucrado en la síntesis de colágeno. Además normaliza la producción de sebo en el rostro y mejora la apariencia de la piel.

Las heridas abiertas causadas por el acné presentan un punto débil cuando se trata de infecciones bacterianas y virales. Sin embargo, el zinc aumenta la cantidad de glóbulos blancos y reduce la probabilidad de contraer una infección e inflamación.

Es necesario para la producción de colágeno, un tejido conectivo necesario para la reparación y regeneración de la piel.

8. Mejora el rendimiento cerebral

Tinc tiene una fuerte influencia en el rendimiento de la función cerebral. En combinación con la vitamina B6, este mejora y promueve el correcto funcionamiento de los neurotransmisores que transportan señales en el cuerpo. El zinc se almacena en altas concentraciones en el hipocampo.

Fuentes importantes de zinc

Algunos alimentos ricos en zinc incluyen garbanzos, anacardos, semillas de calabaza, cacao crudo, yogur, huevos, salmón, avena, maní, almendras, granos integrales, nueces y jengibre. Lee en este artículo cuáles son los alimentos ricos en zinc. 

Siempre es mejor obtenerlo de los alimentos naturales y no a través de suplementos.

[mks_toggle title=»Bibliografía» state=»close «]

Roohani, N., Hurrell, R., Kelishadi, R. y Schulin, R. (2013). El zinc y su importancia para la salud humana: una revisión integradora. Revista de investigación en ciencias médicas: la revista oficial de la Universidad de Ciencias Médicas de Isfahan , 18 (2), 144-157.

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