¿Estás familiarizado con este tema? Esta situación suele ser muy familiar para muchas mujeres. La elección habitual de parejas que resultan ser las equivocadas puede tener una explicación de fondo.
Al menos una vez en tu vida, es posible que hayas escuchado esto de su pareja, o tú mismo caíste en un estado en el que te parece que siempre eliges el tipo de pareja equivocada. Y entonces empiezas a pensar que no hay hombres normales, que no hay mujeres buenas, que no todos son así y que es inútil buscar una relación de pareja saludable.
Muchas veces escuchamos o leemos que los hombres ya no son los mismos de antes, que son infantiles, que no quieren trabajar, que no piensan en la familia, etcétera, etcétera. De hecho, esto es solo una negación de tu responsabilidad a la hora de formar una relación de pareja.
Partiendo de la base de que eres tú quien elige a sus parejas, aquí es donde debes comenzar a pensar en lo que está sucediendo en tu vida personal. Tu responsabilidad y tu contribución a quién y cómo construyes relaciones.
En primer lugar, vale la pena analizar qué tipo eliges, cómo te tratan exactamente estos hombres y en qué estado emocional te encuentras junto a ellos. Al mismo tiempo, los hombres pueden ser muy diferentes en apariencia, ingresos, carácter, pero, sin embargo, siempre habrá algo en común entre ellos, o mejor dicho, tu condición y modelo de relaciones con estos hombres será común.
Las características de las relaciones que buscas
Mirando de cerca, puedes encontrar que las relaciones con los hombres que eliges caen en una de cuatro opciones:
1. Buscas que una relación de pareja le dé sentido a tu vida
Esta es la opción cuando empiezas a vivir para la relación y para tu pareja. Esto significa que un hombre se convierte en el objeto principal de tu vida, un hombre te parece mejor que tú en varios indicadores, aparece una posición en la que un hombre es toda tu vida.
Todas las opiniones, intereses y creencias de un hombre se vuelven tuyos y solo ellos son correctos. Los deseos de un hombre también se vuelven lo principal, y comienzas a poner tus intereses en segundo lugar.
Al mismo tiempo, puedes transferir la responsabilidad de tu bienestar y estado emocional a tu pareja. Todas sus decisiones se vuelven no negociables, las aceptas por defecto, no discutes y aceptas de inmediato. En esta relación intentarás mantener la intimidad a toda costa, abandonándote por completo.
2. Buscas cuidar a tu pareja como si fueras su madre
La segunda opción es todo lo contrario. Cuando un hombre a tu lado es infeliz de alguna manera, constantemente tiene algunos problemas, necesita tu ayuda regularmente.
Tal hombre no es independiente, siempre necesita ser controlado, aconsejado, esos hombres a menudo resultan dependientes, es decir, puede sufrir alcoholismo, adicción a las drogas, juegos de azar u otros problemas.
No pueden encontrar trabajo durante mucho tiempo, muchas veces se deprimen y entonces toda la actividad y todo tu bienestar recae sobre tus hombros.
En tal relación, siempre serás comprensiva, apoyándolo y cuidándolo. Asumes funciones tanto masculinas como femeninas. Tu papel es apiadarte infinitamente y comprenderlo.
3. La víctima y el tirano
Otra variante de las relaciones patológicas es la relación de un tirano y una víctima. Tal hombre exige sumisión completa, usa violencia emocional o física, amenazas y chantaje, quiere controlar completamente toda tu vida.
Al mismo tiempo, justifica sus acciones por el hecho de que actúa por tu bien y, por lo tanto, te cuida. Tales acciones pueden tener diversos grados de fuerza, pero con el tiempo, la violencia se vuelve más frecuente o aumenta, porque la idea de un tirano es siempre la sumisión completa de su víctima.
Al mismo tiempo, puedes ir perdiendo poco a poco la crítica de lo que está pasando, pensar que el problema está en ti, que te estás comportando mal, y si empiezas a comportarte lo suficientemente bien, finalmente serás querido y respetado.
4. La mujer complaciente
Esto es cuando te encuentras en una situación en la que tienes que reflejar a tu pareja como buena todo el tiempo. Inspirarlo constantemente, elogiarlo, adivinar sus deseos, y solo entonces estará satisfecho.
Si esto no sucede, te empiezan a acusar de no saber querer. A cambio, puedes recibir la misma admiración, pero solo si adivinas suficientemente los deseos de tu pareja. Tal pareja puede exaltarte o devaluarte por completo muy rápidamente.
Al mismo tiempo, no puedes estar insatisfecha con algo, no puedes sufrir a su lado, siempre debes sentirte bien, siempre debes estar de buen humor y siempre debes estar feliz con él, sin importar lo que haga.
Conclusiones
Debes notar en qué papel te encuentras con mayor frecuencia en una relación de pareja y qué sentimientos experimentas con mayor frecuencia en ellos. En la mayoría de los casos, estos sentimientos son miedo, soledad, rechazo, resentimiento, vergüenza, culpa e ira.
De hecho, nuestra psique tiene una cierta peculiaridad: no elegimos lo que nos resulta cómodo, sino lo que nos resulte familiar y conocido. Por lo tanto, además, debes pensar dónde y cuándo aprendiste a estar en la posición en la que te encuentras con los hombres.
