El colesterol alto es una condición insidiosa porque generalmente no presenta síntomas.
El colesterol es una sustancia cerosa, fundamental para el funcionamiento normal de las células. El cuerpo lo necesita para producir hormonas, grasas fácilmente digeribles, paredes celulares y otros componentes importantes.
Qué puede ocasionar el exceso de colesterol
El exceso de colesterol en la sangre se acumula en las paredes de las arterias, lo que aumenta el riesgo de desarrollar aterosclerosis (endurecimiento de las arterias), que puede provocar enfermedad de la carótida y accidente cerebrovascular, enfermedad coronaria y ataque al corazón, así como enfermedad arterial periférica y posible riesgo de amputación, generalmente en combinación con tabaquismo, hipertensión, diabetes o insuficiencia renal crónica.
La enfermedad arterial periférica es la enfermedad caracterizada por la reducción del flujo sanguíneo a las extremidades inferiores, que se origina por el estrechamiento o la oclusión de las arterias de las extremidades inferiores.
La progresión de la arteropatía periférica puede provocar un estrechamiento significativo de la apertura arterial en una o más arterias de la pierna. Como resultado, la reducción del flujo de sangre a la extremidad puede provocar la incapacidad para caminar y una capacidad limitada para curar heridas.
Un signo preocupante al que debes prestar mucha atención
En algunas personas con colesterol alto, la cantidad de sangre que llega a las extremidades inferiores no es suficiente para suministrar nutrientes y oxígeno.
En estos casos, la persona siente dolor en las piernas, incluso cuando no se están moviendo. Sin nutrientes esenciales y oxígeno, la piel no funciona normalmente y se forman úlceras.
Si el paciente siente dolor en reposo o ha desarrollado lesiones en la piel, corre el riesgo de perder la pierna.
Esta etapa se llama isquemia crítica y señala que la extremidad está amenazada (riesgo de gangrena y amputación). La isquemia crítica de las extremidades requiere reparación quirúrgica urgente.
Los síntomas que muestra el paciente en esta etapa son:
- Pies o dedos de los pies fríos y entumecidos.
- Pierna pálida en posición recostada.
- Enrojecimiento cuando las piernas cuelgan hacia abajo.
- Cambio de color de la extremidad (tinte azul).
Otros signos de enfermedad arterial periférica incluyen:
- Piernas débiles o cansadas.
- Pérdida de cabello en las piernas, anhidrosis de las plantas.
- Heridas que tardan en sanar.
- Uñas de los pies engrosadas y opacas.
- Disfuncion eréctil.
La arteriopatía periférica se desarrolla lentamente, por lo que los síntomas pueden pasar desapercibidos, especialmente en aquellas personas que no caminan lo suficiente como para sentir el dolor en las piernas.
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Su tratamiento depende de los síntomas y del estado físico del paciente. Se puede tratar con algunos cambios en el estilo de vida (dejar de fumar, regular otros factores de riesgo) en combinación con la medicación adecuada. Si las medidas anteriores no funcionan, entonces el tratamiento es quirúrgico.
