Cómo el intestino permeable podría hacerte subir de peso

El intestino permeable causa aumento de peso pero indirectamente. El intestino permeable causa un desequilibrio de la microbiota intestinal que conduce al aumento de peso, crea sensibilidades a los alimentos y estas sensibilidades alimentarias conducen al aumento de peso y crea deficiencias nutricionales que también están involucradas en el aumento de peso.

Relación entre intestino permeable y aumento de peso

No es ningún secreto que la obesidad, la diabetes y las enfermedades metabólicas están afectando a un gran número de la población en general; de hecho, la prevalencia del síndrome metabólico, solo en los Estados Unidos, ha alcanzado un sorprendente 34% y continúa aumentando.

Esta enfermedad, caracterizada por una inflamación de bajo grado a largo plazo, causa alteraciones metabólicas que conducen al desarrollo de complicaciones como la enfermedad del hígado graso no alcohólico, la enfermedad cardiovascular y la diabetes tipo 2. Este es un problema de salud grave para muchos estadounidenses, uno que no desaparecerá pronto, y determinar la causa de estas afecciones metabólicas es una prioridad para los investigadores de obesidad en todo el país.

Si bien la existencia del síndrome del intestino permeable aún se debate entre médicos y científicos, puede resultar muy lógico que tener bacterias intestinales saludables es crucial para mantener un peso normal y un metabolismo funcional.

Recientemente, un grupo de investigadores en Brasil publicó una nueva revisión que explora la idea de que la permeabilidad intestinal es un factor que contribuye a la obesidad.

Identificaron tres mecanismos separados pero relacionados: disbiosis intestinal, un patrón dietético poco saludable y deficiencias nutricionales específicas. Es probable que estos tres factores de riesgo interactúen para causar permeabilidad intestinal y promover el desarrollo del síndrome metabólico y la obesidad.

Disbiosis intestinal y fugas intestinales

Está bien documentado que las personas con obesidad tienen una función intestinal significativamente deteriorada en comparación con la población general. Se ha demostrado que las personas obesas tienen problemas con la digestión y absorción efectiva de los alimentos, enfermedades gastrointestinales, microbiota intestinal inestable o patológica, un estado inmunitario deficiente y un bienestar general inferior, lo que sugiere una falta de salud intestinal.

Se cree que esta disbiosis intestinal causa una mayor permeabilidad en el intestino delgado, lo que permite la entrada de toxinas llamadas lipopolisacáridos (LPS) en la sangre y desencadena la inflamación sistémica. [1]

Una teoría es que la actividad metabólica de la microbiota intestinal contribuye al aumento de peso al hacer que se extraigan más calorías de los alimentos que pasan por el intestino. El sobrecrecimiento bacteriano del intestino delgado (SIBO) también puede desempeñar un papel en la permeabilidad intestinal al aumentar el estreñimiento, reducir la actividad de las enzimas pancreáticas y el ácido gástrico, y perturbar la relación de la microbiota y el sistema inmunitario.

La suplementación con probióticos puede ayudar a fortalecer las uniones estrechas del intestino, reduciendo la permeabilidad general. Los probióticos pueden tener efectos antiinflamatorios en el intestino, regulando la producción de citocinas inflamatorias y reduciendo la permeabilidad intestinal. Esto demuestra los beneficios de una microbiota equilibrada en el intestino para mantener la función de la barrera intestinal, particularmente en la obesidad.

El intestino permeable definitivamente puede causar aumento de peso, pero también puede causar una incapacidad para aumentar de peso o ganar masa muscular.

Efectos nutricionales en el intestino permeable

Además de la composición de las bacterias intestinales, los factores nutricionales también juegan un papel importante en la permeabilidad del intestino. Los autores de este estudio sugieren que hay dos componentes principales de la dieta que pueden afectar la permeabilidad intestinal: fructosa y grasa.

Se cree que la fructosa daña el hígado directamente al aumentar los niveles sanguíneos de toxinas LPS, causando hígado graso, inflamación hepática y resistencia a la insulina. Estos efectos explican por qué el alto consumo de fructosa se ha implicado en el desarrollo del síndrome metabólico.

En cuanto a la grasa, los autores de este estudio sugieren que la grasa es más eficiente que los carbohidratos en el transporte de toxinas LPS al hígado a través de la formación de quilomicrones, moléculas que liberan grasas de la dieta desde la digestión hasta el hígado.

Se demostró que un aumento en las toxinas hepáticas induce obesidad, diabetes y resistencia a la insulina en ratas, lo que demuestra por qué una dieta alta en grasas podría exacerbar la enfermedad metabólica. Sin embargo, el tipo de grasa importa; el oleato, una grasa monoinsaturada, promueve la entrega de toxinas al hígado, mientras que el butirato, una grasa saturada de cadena corta, no forma quilomicrones ni aumenta las toxinas LPS en el hígado.

También se ha encontrado que los cambios en la secreción de bilis están asociados con una permeabilidad intestinal alterada, y una disminución en la bilis permite un mayor crecimiento bacteriano en el intestino delgado y se produce más LPS.

Es importante que la investigación futura determine el tipo de ácidos grasos que aumentan la permeabilidad intestinal de las endotoxinas, y si existe o no una interacción con el tipo y la cantidad de bacterias en el intestino.

Deficiencias nutricionales y fugas intestinales

Hay varias deficiencias de micronutrientes que los autores encontraron asociadas con la función de barrera intestinal, específicamente vitamina A, magnesio, zinc, vitamina D y calcio. La vitamina A, el zinc y el magnesio ayudan a mantener las uniones estrechas en el intestino y a regular la diferenciación endotelial en el intestino, mientras que la vitamina D estimula la renovación del revestimiento intestinal y la resistencia al daño al modular el sistema inmunitario.

La vitamina D y el calcio juegan un papel conjunto en el mantenimiento de la barrera intestinal. En la obesidad, la ingesta de estos micronutrientes es típicamente baja, por lo que las deficiencias podrían desempeñar un papel importante en la exacerbación de las condiciones intestinales permeables, especialmente cuando se combinan con disbiosis intestinal y malas elecciones dietéticas.

Si estás ganando mucho peso deberías revisar tu salud intestinal

El mensaje final de este estudio es que la interacción de la salud intestinal y la dieta tiene un papel importante en el aumento de peso y el riesgo de obesidad y enfermedad metabólica. Si estás luchando para perder peso, puedes estar lidiando con una inflamación causada por intestino permeable y disbiosis. El aumento de peso solo podría ser su único síntoma, pero es importante tenerlo en cuenta.

Y recuerda, ¡no tienes que tener síntomas intestinales para tener un intestino permeable! No confíes la salud de tu intestino al mero hecho de no tener dolores en el vientre.

Hay muchos pasos que puedes seguir para garantizar un intestino sano. El uso de probióticos y prebióticos puede cambiar la calidad del microbioma en el intestino, y hay ciertas estrategias dietéticas que pueden ayudar a mejorar la fuerza de las uniones estrechas entre las células intestinales.

Otros problemas como el estrés, el uso de antibióticos y otros medicamentos, las enfermedades autoinmunes y las toxinas en la dieta pueden aumentar la permeabilidad intestinal, por lo que estos son factores de salud intestinal que también deben abordarse.

[mks_toggle title=»Bibliografía:» state=»close «]

  1. Teixeira TF, Collado MC, Ferreira CL, Bressan J, Peluzio Mdo C. Potential mechanisms for the emerging link between obesity and increased intestinal permeability. Nutr Res. 2012;32(9):637-647. doi:10.1016/j.nutres.2012.07.003

[/mks_toggle]