Cómo hacer tus propios malvaviscos saludables

¿Te encantan los malvaviscos pero quieres evitar los alimentos procesados ​​y llenos de azúcar? ¡Aquí hay una receta saludable de malvaviscos hecha para ti! 

Malvaviscos saludables caseros en tazón

No hay otros dulces igual que los malvaviscos. Su textura es increíblemente esponjosa, y son dulces y con un toque de sabor a vainilla. Quedan deliciosos asados ​​sobre una fogata, o acompañados con una taza de chocolate caliente en el invierno. 

Es por esto que resulta difícil imaginar un mundo sin esta peculiar y maravillosa golosina. 

Una historia rápida de los malvaviscos 

El malvavisco es en realidad una planta. Es parte de la familia de las malvas y crece principalmente en áreas pantanosas. Los griegos solían usar malvaviscos para curar heridas y aliviar dolores de garganta

Esta planta continuó siendo de uso medicinal ya que los árabes hicieron cataplasma con sus hojas y los romanos descubrieron que funcionaba como un laxante efectivo. Cuando llegó la Edad Media, el malvavisco era una planta curativa universal.  

Los antiguos egipcios fueron los primeros en convertirlo en un dulce regalo cuando mezclaron savia de malvavisco con miel y nueces, un postre digno de la nobleza. En la Francia del siglo XIX, los pasteleros crearon el Paté de guimauve, un postre suave con una textura esponjosa. 

Lo hicieron batiendo raíces secas de malvavisco con azúcar, agua y claras de huevo. Sin embargo, este proceso tardó días en producirse, por lo que redujeron el tiempo al sustituir la raíz de malvavisco por gelatina. 

Después de que el malvavisco llegó a los EE. UU., Un Manual de las Niñas Exploradoras de 1927 anunciaba una receta llamada «Some More», que les decía a los lectores que tostaran los malvaviscos hasta que estuvieran pegajosos y prepararan un sándwich con chocolate y galletas integrales. Así es como surgieron los s’mores.

Ingredientes procesados de los malvaviscos

Siendo un postre tan delicioso es una pena que los malvaviscos estén llenos de una variedad de ingredientes procesados ​​como estos:

  • Jarabe de maíz 
  • Azúcar 
  • Dextrosa 
  • Almidón modificado (maíz) 
  • Saborizantes artificiales 
  • Pirofosfato tetrasódico 

Comer demasiada azúcar puede conducir a una serie de efectos negativos para la salud. Para ofrecerte una alternativa más saludable, esta receta utiliza miel, que debe consumirse con moderación ya que sigue siendo una fuente de azúcar. Sin embargo, la miel es rica en antioxidantes y trazas de vitaminas y minerales. 

En esta receta, el contenido de miel es mucho menor que el de jarabe de maíz y el azúcar utilizados en la mayoría de las recetas de malvaviscos. La receta de hoy contiene ingredientes simples además de la miel: extracto de vainilla, gelatina en polvo, sal, agua, ¡y eso es todo!

La raíz de malvavisco aún es considerada como una medicina natural debido a su contenido de mucílago. Esta puede usarse para tratar la tos, los resfriados, las irritaciones de la piel, las heridas, el dolor de garganta, las afecciones digestivas y otros padecimientos. 

Ten en cuenta que la raíz de malvavisco podría interactuar con el litio y los medicamentos para la diabetes. Por otro lado, intenta evitar su consumo si estás embarazada o amamantando.

Malvaviscos caseros saludables 

Sin más preámbulos, la receta que estabas esperando para poder comer unos malvaviscos saludables y sin sentir culpa.

Ingredientes 

  • 1 1/2 cucharadas de gelatina de animales alimentados con pasto (o agar agar para una opción vegana). 
  • 1/2 taza de agua fría. 
  • 1/2 taza de miel (o jarabe de arce). 
  • 1/8 cucharadita de sal. 
  • 1/2 cucharadita de extracto de vainilla. 

Instrucciones 

  1. Engrasa ligeramente un molde para pan, luego cúbrelo con papel pergamino (con suficiente papel para que sobresalga del molde por un lado), luego engrasa el papel pergamino. 
  2. Pon ¼ de taza de agua en un tazón mediano (o en el tazón de una batidora con una batidora adjunta) y espolvorea la gelatina sobre el agua. Hazlo a un lado para que se ablande. 
  3. En una olla pequeña, coloca la miel, la sal y el otro ¼ de taza de agua. Enciende la estufa a fuego medio.  
  4. Con un termómetro de dulces, lleva la mezcla a 240 grados. (Debido a que se trata de una cantidad tan pequeña de líquido, es posible que te resulte difícil obtener una temperatura precisa. También puedes probarlo goteando un poco de la mezcla en un recipiente con agua helada. Deberían formarse pequeñas bolas suaves cuando se enfría en el agua y se retira. Tarda entre 7 y 8 minutos en alcanzar esta textura).  
  5. Retirar del fuego tan pronto como esté a la temperatura correcta. 
  6. Con una batidora manual a baja potencia, mezcla con cuidado el jarabe caliente junto con la mezcla de gelatina vertiendo el jarabe poco a poco por el costado del tazón.  
  7. Una vez que esté todo mezclado, agrega la vainilla y aumenta la velocidad a alta.  
  8. Bate durante 12-15 minutos, o hasta que la mezcla esté espesa y esponjosa.  
  9. Transfiere la mezcla esponjosa en una sartén preparada previamente y déjala sin cubrir, durante 4 a 12 horas para que se seque.  
  10. Córtala en cuadritos.