Un intestino inflamado de forma crónica puede causar estos padecimientos

Un intestino inflamado te predispone a una variedad de enfermedades crónicas, que van desde la EII y el cáncer de colon hasta el autismo y la enfermedad de Alzheimer. Detener la inflamación intestinal es esencial tanto para la prevención como para el tratamiento de las enfermedades crónicas.

intestino inflamado

La inflamación es una respuesta biológica e inmunológica multifactorial a diferentes lesiones. La inflamación es iniciada por varios estímulos, tales como agentes patógenos, irritantes químicos, desequilibrio nutricional y diferentes lesiones celulares. Se requiere inflamación en el proceso de curación del cuerpo.

Pero, la inflamación intestinal crónica puede causar complicaciones graves e irreversibles. Las diferentes enfermedades inflamatorias crónicas incluyen hepática, colitis, gastrointestinal y neurodegenerativa.

También, diversos microbios (p. Ej., Helicobacter, Campylobacter, Clostridium y Mycobacterium), parásitos (p. Ej., Protozoos, helmintos y gusanos planos) y virus (VPH, norovirus y hepatitis B y C) están relacionados con respuestas inflamatorias crónicas.

Además, el desequilibrio nutricional y los nutrientes específicos pueden influir en la respuesta inmune, modular las infecciones y las respuestas inflamatorias.

12 enfermedades que causa un intestino inflamado crónicamente

Existe un fuerte vínculo entre la inflamación, los agentes infecciosos y el estado nutricional. Millones de personas sufren de enfermedades inflamatorias crónicas, y la incidencia ha aumentado significativamente en los últimos años.

1. Alergias

La inflamación intestinal puede ser una de las raíces de las alergias estacionales. Un desequilibrio entre los microbios intestinales beneficiosos y dañinos aumenta la liberación de citocinas proinflamatorias en el intestino.

Estas citocinas estimulan la actividad de mastocitos, basófilos y eosinófilos, que inducen inflamación alérgica.

La inflamación intestinal asociada a la disbiosis está relacionada con la dermatitis atópica y las alergias alimentarias. Un intestino sano, por otro lado, inhibe la sensibilización alérgica a través de la liberación de AGCC antiinflamatorios y células T reguladoras del equilibrio inmunológico.

2. Enfermedades autoinmunes

Un intestino inflamado es un factor precedente en el desarrollo de enfermedades autoinmunes. Las personas con diabetes tipo 1 presentan niveles más altos de LPS (Lipopolisacárido) en comparación con las personas sin diabetes.

La zonulina, una proteína liberada en el intestino cuando se ve comprometida la barrera intestinal, es mayor en personas con enfermedades autoinmunes en comparación con quienes son sanos, lo cual recalca el papel del intestino permeable en las enfermedades autoinmunes.

La sensibilidad al gluten y el estrés crónico son dos factores desencadenantes de la inflamación intestinal que a menudo preceden a la autoinmunidad.

3. Artritis

Las alteraciones inflamatorias en el microbiota oral e intestinal, incluido el crecimiento excesivo de la bacteria cariogénica Porphyromonas gingivalis y la disminución de las bacterias comensales, están asociadas con la progresión de la artritis.

La disbiosis y el intestino permeable inducen la respuesta inflamatoria sistémica, desencadenando la liberación de citocinas que causan degeneración musculoesquelética.

Por el contrario, se ha descubierto que las bacterias comensales antiinflamatorias y los AGCC alivian la artritis y protegen contra la pérdida ósea.

4. Enfermedad cardiovascular

La enfermedad cardiovascular (ECV) es la principal causa de muerte en todo el mundo, y la medicación y la cirugía son los pilares de su tratamiento médico convencional. Sin embargo, la creciente evidencia del vínculo entre el intestino y la salud cardíaca sugiere que los tratamientos dirigidos al intestino pueden ser el futuro del tratamiento para la ECV.

Múltiples procesos inflamatorios dentro del intestino impactan el curso de la ECV. La disbiosis contribuye a la ECV a través de la liberación de LPS y peptidoglucano (PG), componentes inflamatorios de la pared celular de bacterias Gram-negativas y Gram-positivas que promueven la formación de placa aterosclerótica y la hipertensión.

La disbiosis también afecta el metabolismo de los ácidos biliares, afectando la excreción de lípidos en la sangre como el colesterol y los triglicéridos.

5. Trastornos gastrointestinales

EII (Enfermedad Inflamatoria Intestinal)

La inflamación intestinal es una característica clave de la EII, incluida la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Una serie de cambios intestinales perjudiciales, que incluyen disbiosis y aumento de la permeabilidad intestinal, pueden contribuir a la progresión de la EII.

SII (Síndrome de Intestino Irritado)

Hasta hace poco, el papel de la inflamación intestinal en el SII no era muy claro. Sin embargo, la investigación ha aclarado desde entonces el papel de los mastocitos, las células inmunes que liberan compuestos irritantes como la histamina y la inflamación persistente de bajo grado en la patogénesis del SII.

En las personas con SII con diarrea predominante o SII mixto, la autoinmunidad también puede desempeñar un papel en la inflamación intestinal. En estas formas de SII, un episodio anterior de intoxicación alimentaria puede conducir a la producción de autoanticuerpos que dañan el tracto gastrointestinal.

Cáncer colorrectal

El cáncer colorrectal es el cuarto cáncer más común en los Estados Unidos tanto en hombres como en mujeres, y la tercera causa principal de muertes relacionadas con el cáncer en los Estados Unidos. La investigación sugiere que una inflamación gastrointestinal preexistente precede al desarrollo del cáncer colorrectal.

Se han identificado varios desencadenantes inflamatorios del cáncer colorrectal, incluidos los patógenos intestinales, los bajos niveles de bacterias productoras de butirato y la dieta occidental estándar refinada y procesada.

Diverticulitis

La diverticulitis, una irritación de las paredes de los intestinos, se desencadena por un intestino inflamado. Se caracteriza por disbiosis en el colon y calprotectina fecal elevada, una proteína liberada por los glóbulos blancos cuando hay inflamación activa en el tracto gastrointestinal.

6. Depresión y ansiedad

Investigaciones indican que la activación del sistema inmunológico desempeña un papel central en el desarrollo de la depresión y la ansiedad. El intestino humano alberga aproximadamente el 80 por ciento del sistema inmunológico, por lo que no sorprende que un intestino inflamado afecte significativamente la salud mental.

El eje intestino-cerebro, una red de señalización bidireccional entre el sistema nervioso entérico del intestino y el sistema nervioso central, media la relación entre la inflamación intestinal y la salud mental.

Los estímulos inflamatorios en el intestino envían señales a lo largo de este eje al cerebro, induciendo neuroinflamación y alterando la producción de neurotransmisores. La consecuencia de estos cambios bioquímicos es una alteración de la actividad cerebral, incluida la depresión y la ansiedad.

La señalización inflamatoria del eje intestino-cerebro se desencadena por la disbiosis intestinal y la disfunción de la barrera intestinal, que son comunes en personas con depresión y ansiedad.

Las personas con depresión y ansiedad también demuestran una reducción de su capacidad para contrarrestar la inflamación intestinal debido a la disminución de los niveles intestinales de AGCC antiinflamatorios.

7. Enfermedad neurodegenerativa

El eje intestino-cerebro también juega un papel fundamental en las enfermedades neurodegenerativas. Un intestino inflamado se reconoce como un «promotor silencioso» de la enfermedad de Parkinson, y la inflamación precede al inicio de los síntomas por hasta dos décadas.

También se ha encontrado que una respuesta inflamatoria derivada del intestino precipita el depósito de placas beta-amiloides, que contribuyen a la degeneración neuronal y la disfunción cognitiva en la enfermedad de Alzheimer.

8. Trastornos del neurodesarrollo

Los trastornos del desarrollo neurológico están presentándose cada vez más alrededor del mundo. La prevalencia del autismo ha aumentado a uno de cada 59 niños, mientras que a partir de 2016, el 11 por ciento de los niños y adolescentes han sido diagnosticados con trastorno por déficit de atención / hiperactividad (TDAH) o trastorno por déficit de atención.

El síndrome neuropsiquiátrico de inicio agudo pediátrico (PANS) y los trastornos pediátricos neuropsiquiátricos autoinmunes asociados a infecciones por estreptococo (PANDAS) son trastornos emergentes del neurodesarrollo caracterizados por un inicio repentino de tics y trastorno obsesivo compulsivo.

Investigaciones indican que la disbiosis y la inflamación intestinal son factores contribuyentes en cada uno de estos trastornos. Los niños con TDAH muestran una disminución de la diversidad alfa del microbiota intestinal, que es una medida del número de especies bacterianas en el intestino; tener una mayor diversidad generalmente se asocia con una mejor salud general.

Los niños en el espectro del autismo y aquellos con PANS / PANDAS también demuestran disbiosis. Estos cambios inflamatorios alteran la diafonía entre el intestino y el cerebro, induciendo en última instancia los déficits neuroconductuales.

9. Osteoporosis

Hay mucha evidencia que indica que un intestino inflamado promueve la osteoporosis ya que altera el equilibrio entre las células de construcción y reabsorción ósea, lo que conduce a una pérdida neta de masa ósea.

La inflamación intestinal también disminuye la absorción de nutrientes críticos para el desarrollo de los huesos, como la vitamina D, el calcio y el magnesio.

10. Condiciones de la piel

Al igual que el eje intestino-cerebro, el eje intestino-piel es una red de moléculas de señalización que conecta el intestino y tus bacterias con la piel. Los cambios inflamatorios en el intestino, incluida la disbiosis y el aumento de la permeabilidad intestinal, están relacionados con un espectro de afecciones de la piel que incluyen acné, psoriasis, rosácea y eccema.

11. Síndrome metabólico, diabetes tipo 2 y obesidad

El síndrome metabólico, diabetes tipo 2 (T2D), la obesidad y la inflamación intestinal forman un círculo vicioso: la desregulación del azúcar en la sangre y el exceso de grasa corporal promueven la inflamación intestinal, mientras que la inflamación intestinal empeora la disfunción metabólica.

La disbiosis intestinal y el LPS circulante inducen resistencia a la insulina y a la leptina, características clave del síndrome metabólico, la diabetes tipo 2 y la obesidad.

Los carbohidratos acelulares y la exposición a toxinas ambientales obesogénicas, incluidos los BPA y ftalatos, alteran el microbiota intestinal. Estos cambios microbianos incitan a un intestino inflamado e influyen en el desarrollo de la disfunción metabólica.

12. Enfermedad del hígado graso no alcohólico

La enfermedad del hígado graso no alcohólico, una acumulación de exceso de grasa en el hígado en personas que consumen poco o nada de alcohol, está estrechamente relacionada con el síndrome metabólico, la diabetes tipo 2 y la obesidad.

Un microbiota intestinal comprometido parece impulsar la inflamación en esta enfermedad, mientras que los tratamientos dirigidos al intestino, como los probióticos, alivian la inflamación y la disfunción hepática.

Cómo corregir la inflamación intestinal

Es casi imposible encontrar un trastorno de salud en el que la inflamación intestinal no juegue un papel. Las estrategias de dieta y estilo de vida que alivian a un intestino inflamado y restauran la salud intestinal deben ser una parte esencial de cualquier protocolo diseñado para prevenir o revertir enfermedades crónicas.

Lleva una dieta rica en nutrientes y sin procesar

Una dieta rica en nutrientes y sin alimentos procesados proporciona los sustratos (es decir, fibras fermentables, polifenoles y otros nutrientes) que las bacterias intestinales necesitan para prosperar, creando un ecosistema intestinal antiinflamatorio.

Enfocarse particularmente en los alimentos prebióticos puede aumentar tus niveles de bacterias antiinflamatorias productoras de AGCC. Evita los carbohidratos acelulares, incluidos los productos refinados a base de harina y los aceites de semillas industriales.

Para las personas con inflamación intestinal severa, como la EII, una dieta de protocolo autoinmune puede ofrecer un alivio significativo.

Manejar el estrés

El estrés crónico realmente puede arruinar tu salud intestinal, por lo que controlar tu estrés es crucial para reducir la inflamación intestinal. La meditación regula la respuesta al estrés, ayudando a mantener una función saludable de la barrera intestinal y a mantener la inflamación en equilibrio.

Una rutina de ejercicio constante y hábitos de sueño saludables también son cruciales para controlar el estrés y apoyar la salud intestinal.

Sé un consumidor consciente de medicamentos farmacéuticos

Para limitar la inflamación intestinal, sé prudente sobre el uso de antibióticos y medicamentos no antibióticos. Si bien nuestra comprensión de los efectos de los medicamentos no antibióticos en la salud intestinal está aún en pañales, la información disponible es preocupante.

Por el contrario, la evidencia de los efectos nocivos de los antibióticos en el intestino es muy sólida.

Limita tu exposición a las toxinas

Las toxinas ambientales están en todas partes, pero hay algunos pasos simples que puedes tomar para reducir tu exposición a ellas y protegerte contra la inflamación intestinal:

  • Evita los recibos cuando hagas las compras para limitar tu exposición al BPA.
  • Usa botellas de agua de acero inoxidable o de vidrio y recipientes para almacenar alimentos en lugar de plástico.
  • Filtra tu agua potable y de baño con un filtro de agua de alta calidad.
  • Usa productos orgánicos y naturales para el consumo y el cuidado personal.
  • No uses pesticidas en tu patio o dentro de tu hogar.

Seguir estos simples pasos reducirá tu exposición acumulativa a las toxinas ambientales, eliminando un obstáculo importante para tu salud intestinal a largo plazo y mejorando el bienestar de todo el cuerpo.

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