Las personas irritables son adictas a la ira constante. por ejemplo son aquellas que suelen golpear la mesa tras un desacuerdo, dar un portazo, gritar e incluso hacer berrinches.
Esta gente no sabe cómo comunicarse sin levantar la voz, pierden la paciencia rápidamente y no puede ser contradichos.
Sin embargo, detrás de esta forma inadecuada de actuar a menudo se esconde una persona débil que emplea la irritabilidad como una forma de defenderse ante los demás.
Todos sabemos lo que se siente al ponernos irritables de la nada y no poder controlar nuestras emociones, y terminamos explotando de la manera más inapropiada y menos táctica.
Lo importante de estas experiencias es que ofrecen lecciones útiles. Aprendemos, lo queramos o no, cuán importante es una actitud asertiva cuando estamos ante una situación incómoda, la cual pondrá nuestra estabilidad emocional a prueba.
Hay un aspecto muy trascendental que no debemos dejar de lado. Hoy en día, todavía no entendemos la ira. Sin embargo, lo que podemos decir es que debemos evitar a las personas irritables en nuestra vida cotidiana para salvaguardar nuestro equilibrio emocional y mantener una salud integral.
Aunque los escenarios ideales suelen ser siempre muy alejados de la realidad, es sabido que a diario podemos convivir con gente así, ya sean familiares o incluso una pareja, hijo o padres, por ello la comprensión aquí toma un papel fundamental.
Si echamos un vistazo a la psicología, podemos entender que detrás de ese niño enojado, ese miembro de la familia con mal temperamento o esa madre de familia que constantemente sucumbe a la frustración, se encuentras un ser humano que no aprendió otra forma de comunicación más que la violencia y el lenguaje de la negatividad.
Por qué reaccionan así las personas irritables
Se debe entender qué es lo que se encuentra debajo este comportamiento pasivo-agresivo, qué es lo que lleva a una persona a usar deliberadamente la ira como medio de comunicación.
Si analizamos el caso de una persona que aparenta ser un lobo, o más bien que actúa como un lobo, sabremos que debajo de ese lobo se encuentra la verdad: otro lobo que está herido.
Echemos un vistazo a algunas de las características que podrían explicar este tipo de dinámica en personas irritables.
- Miedo excesivo: Aquellas personas que tienen siempre una reacción violenta e impulsiva donde se caracteriza el enojo, en realidad tienden a tener mucho miedo. Estas personas se alarmaron por lo más pequeño cuando eran niños, quienes en respuesta a cualquier estímulo reaccionaron con intenso miedo y alarma. A medida que maduraron, esta continua aversión a cualquier cosa que estaba fuera de su alcance y margen de control se convirtió en furia. La ira no es más que un mecanismo de defensa que usan para reaccionar a todo y a todos.
- Ira en respuesta a todas las emociones negativas: Una persona con este perfil de personalidad no puede reconocer si lo que sienten es tristeza, desilusión, miedo, inquietud, sorpresa o vergüenza. Todas estas emociones se entienden y se traducen de la misma manera: enojo.
- La ira se acumula: Si las emociones no son canalizadas en algo, o no son entendidas y tratadas, se acumulan. A menudo, las personas irritables llevan décadas de frustraciones almacenadas dentro de ellos. Debido a esto, los problemas más insignificantes actúan como desencadenantes de la ira contenida dentro.
- Paranoia e irritabilidad: Las personas irritables están marcadas por el miedo y las emociones convulsivas que no comprenden. Esta ira profunda en una persona irritable crea un comportamiento paranoico. Todo es una amenaza para ellos, desconfían de todos, piensan que otros están ahí para herirlos o ridiculizarlos. Esto crea situaciones muy difíciles.
¿Cómo se puede aprender a manejar la ira?
Las personas irritables llevan un estilo de vida muy poco saludable, en varios aspectos. Esto un problema que no se debe ignorar ni tampoco debe ser dejado de lado.
Además, como nos muestran los estudios, estas personas padecen más accidentes cerebrovasculares, problemas al corazón, insuficiencias respiratorios, defensas bajas, son más propensas a las adicciones etc. La ira también puede crear distancias insuperables de las personas que amamos.
Debido a esto, estas personas con frecuencia tienen algo que se describe como una furia desplazada.
Ellos podrían estar enojados con algo o alguien, pero terminan proyectando toda su energía negativa sobre aquellos que menos se lo merecen: sus hijos o su cónyuge, por ejemplo.
Es importante darles recursos y estrategias para que puedan entender que el enojo no es aceptable y no es una buena forma de comunicarse. En cambio, la asertividad te permite manejar las situaciones de una mejor manera.
Estrategias simples que pueden ayudarnos a manejar esta emoción mucho mejor.
- Se tienen que comprender las raíces de la ira. En esencia, es una respuesta que nuestro cerebro emite para atacar o huir del peligro. Es una manifestación puramente biológica y fisiológica.
- Debemos identificar nuestras emociones y entender qué es lo que las ocasiona. ¿Me siento melancólico? ¿Qué lo ocasiona motivó? Si lo que estoy experimentando es vergüenza, ¿qué lo causó?
- Aprende a respirar. Para poder canalizar nuestra ira y evitar que afecte nuestro cuerpo y nuestra mente, es necesario aprender a respirar y conseguir que el cuerpo se relaje. Solo cuando nos hayamos calmado podremos pensar mejor y reaccionar de manera más apropiada.
- Reemplazar nuestra furia por la asertividad. Otro objetivo esencial para personas irritables es aprender a comunicarse asertivamente. En lugar de utilizar la ira como una forma de lenguaje, se debería trabajar para hacer de la comunicación asertiva una mejor herramienta.
Muchas veces, una persona irritable además de usar la violencia psicológica, también acompaña su conducta con la violencia física, y esto se vuelve algo, muchas veces, rutinario y frecuente.
Si eres víctima, no dudes en intervenir en estos casos, tomando medidas para protegerte, pero si eres tú el que reacciona de esta manera, toma medidas urgentes porque no es nada sano ni debe ser permitido ese accionar.