¿Por qué un niño callado y obediente puede ser un niño infeliz?

Algunos niños sorprenden a todos a su alrededor por la naturaleza dócil del comportamiento que demuestran, son callados y obedecen cualquier orden de forma inmediata pero es bastante probable que no sean felices.

lo que puede significar un niño callado y obediente que puede ser un niño infeliz

La severidad como método de crianza:

El anhelo de cualquier padre es que su hijo mantenga un comportamiento caracterizado por la obediencia en todo momento, sin embargo, algunos en esa búsqueda incurren en la aplicación de métodos por medio de los cuales logran transformar la conducta y convertir a estos seres en obedientes pero infelices.

Muchos padres repiten los patrones que se emplearon en su propia etapa de socialización sin analizar las repercusiones o efectos negativos que ellos tuvieron en sí mismos y sin adecuarlos a la actualidad.

Éstas prácticas pueden estar inclinadas hacia la severidad, lo cual en principio genera alejamiento y desconexión entre padres e hijos, en vista de que la dinámica gira en torno a un opresor y un oprimido situación en la cual el niño carece de cualquier tipo de derechos.

Ejercer y aplicar los castigos y las sanciones como medidas coercitivas sobre el niño para que se comporte de la forma requerida en todo momento   influye sobre el desarrollo satisfactorio de su personalidad. Será obediente pero carecerá de herramientas importantes para la vida adulta como la capacidad para tomar iniciativas, su curiosidad será reprimida y la espontaneidad estará negada para él.

Los castigos en ocasiones encierran maltrato físico o psicológico que el niño padecerá en silencio y deberá guardarse para sí mismo. Insultarle, golpearle o amenazarlo con la finalidad de que se exhiba una conducta adecuada, no es la mejor  manera para conseguir que ese niño tenga una base sólida de comportamiento, por el contrario, en cuanto el adulto que le reprime no esté, él aprovechará para ejecutar cualquier travesura.

Efectos de la represión en la formación del carácter del niño:

Las continuas medidas represivas traerán como consecuencia a un niño infeliz, con una gran carga de ira y dolor acumulada. Este será un niño poco sociable, aislado, callado, poco interesado por conocer lo que hay a su alrededor.

Es posible que no se interese  por alimentarse y por hacer nuevos amigos, quizás porque sienta un profundo temor al rechazo. Es un niño que juega y sonríe poco. Vive definitivamente presa del miedo de cometer algún error que le genere un castigo.

La labor de los padres además de disciplinar debe estar enfocada a criar niños felices y seguros de sí mismos.

Los niños que son criados en atmósferas de severidad suelen ser inseguros y con baja autoestima debido a que han aprendido que para que le quieran debe ser otra persona. Si él se muestra ante sus padres como es no le querrán o le castigarán. Por ello debe asumir una personalidad que no es la suya.

Las continuas descalificaciones en las que se les concede especial importancia a los hechos negativos y jamás a los positivos acaban por derrumbar cualquier concepción positiva sobre sí mismo. Muchos de ellos, para liberar tantos sentimientos reprimidos, suelen comportarse de manera inadecuada y agresiva en espacios como la escuela.

A modo de imitación, tratan a compañeros quizás más pequeños o débiles de carácter con una agresividad bastante similar a la que reciben en sus casas para que obedezcan.

Pasos para educar niños felices y obedientes:

Enséñales desde el amor y el entendimiento que existen normas y reglas para desenvolverse de manera adecuada con los demás como el respeto, la consideración, entre otras.

Cuando se equivoque explícale el porqué, se tú el primero en dar el ejemplo y resalta sus cualidades, antes que sus defectos.