Qué es la intolerancia a la fructosa y cuáles son los síntomas

Cualquier persona que sufra de intolerancia a la fructosa empezará a darse cuenta que la fructosa se encuentra en muchos alimentos. Con la dieta adecuada, sin embargo, las quejas y síntomas pueden ser evitados e incluso conseguir mejoría completa.

Conoce qué es la intolerancia a la fructosa

Sorprendentemente, muchas personas toleran solo pequeñas cantidades de fructosa, y también de fructanos y FODMAPs. Los expertos estiman que hasta un 30 por ciento de los adultos en Alemania, se ven afectados por este tipo de intolerancia alimentaria.

A modo de comparación: La intolerancia a la lactosa, mucho más conocida, se produce en aproximadamente el 15 por ciento de los centroeuropeos, esto tambien debido a que la información sobre la intolerancia a la fructosa es menos confiable.

¿Qué pasa con la intolerancia a la fructosa?

En el intestino hay pequeñas proteínas transportadoras, a través de las cuales los nutrientes del interior del intestino finalmente llegan a la sangre. Además de la glucosa, también se introduce la fructosa en el cuerpo.

La cantidad de fructosa que puede ser transportada está naturalmente limitada. «Eso significa que cada persona solo puede tolerar una cierta cantidad de fructosa«, explica el Dr. Andreas Leodolter, gastroenterólogo y médico jefe del Departamento de Medicina Interna del Hospital Protestante de Herne.

Si el transportador no funciona correctamente, el paciente puede manejar menos fructosa que una persona sana. Por lo tanto, se le llama malabsorción de fructosa, al ocasionar una ingesta limitada de fructosa.

El término «intolerancia a la fructosa» o «intolerancia alimentaria a la fructosa (IAF)» es más bien coloquial y significa que una persona no tolera bien el azúcar y responde con sintomatología. La alergia a los alimentos es cuando el sistema inmunológico ve a los alimentos como «peligrosos» y causa una reacción alérgica. Este no es el caso de la fructosa.

Las causas que son responsables de la intolerancia a la fructosa, aún no se conocen. Presumiblemente, la función del relevante transportador intestinal disminuye en el curso de la vida. Además, la fructosa se ha encontrado en más alimentos en los últimos años, por ejemplo, en refrescos, productos procesados y modificados. Como resultado, las personas hoy en día consumen más fructosa con los alimentos que antes.

¿Qué síntomas causa la intolerancia a la fructosa?

Los síntomas más comunes son la flatulencia y la diarrea. Esto es desencadenado por la fructosa. Si llega al intestino grueso, es descompuesto por las bacterias. Esto produce gases y algunos ácidos grasos de mal olor, y la digestión se desincroniza. Además, también puede provocar dolor abdominal, inflamación del vientre, regurgitación y náuseas. En cada ser humano los síntomas se expresan de manera diferente.

¿Cómo se determina la intolerancia a la fructosa?

A menudo, los pacientes buscan la opinión de diferentes médicos y luchan durante años con los síntomas hasta que finalmente se establece el diagnóstico. El problema para dar con un diagnostico preciso y rápido es que los síntomas son muy inespecíficos.

Es decir, las causas más diversas pueden estar detrás de esto: puede haber intolerancia a la lactosa, un intestino irritable, una enfermedad inflamatoria del intestino, solo por mencionar algunos ejemplos. A veces la dieta es simplemente la culpable de todos los síntomas. Las cebollas, las coles, las legumbres y un exceso de productos integrales pueden estar inflamando tu intestino.

CSe debe tratar de especificar y observar si los síntomas aparecen tras la ingesta de determinado alimento. Si el especialista gastrointestinal sospecha que la fructosa es el desencadenante, se realiza una prueba de aliento.

Para esto, la persona bebe – con el estómago vacío – una solución de fructosa y luego sopla a ciertos intervalos en un dispositivo. Posteriormente se mide el contenido de hidrógeno en la respiración. Si esto excede un valor específico y la persona presenta síntomas, entonces esto habla a favor de la intolerancia a la fructosa.

¿Cómo se trata?

Si se confirma el diagnóstico, el gastroenterólogo envía a la persona interesada a un experto en nutrición. Así es que nodeberías optar por tus propios medios para eliminar ciertos alimentos y hacer pruebas. Algunas personas intentan eliminar la fructosa completamente de la dieta, sin embargo, esto no es necesario y por otro lado los nutrientes importantes pueden quedar permanentemente ausentes.

Un nutricionista revisará los hábitos alimenticios en conjunto con el paciente y le dirá cómo alimentarse primero y durante mucho tiempo. La terapia comienza con una fase de dos a cuatro semanas en la que se realiza en gran parte sin fructosa.

En un diario de comidas, el paciente documenta lo que ha comido y cómo se siente después. Los malestares deberían mejorar significativamente durante este tiempo. Entonces comienza la fase de prueba. Lentamente, se van incorporando nuevamente los alimentos que contienen fructosa, al principio los que contienen poca. Ahora es importante reconocer los alimentos que se toleran mejor y cuáles causan problemas.

Cómo comer bien con intolerancia a la fructosa

Entre los alimentos que contienen mucha fructosa se menciona a las manzanas, peras, mangos, uvas, frutas secas, miel, jarabe de pera, vinagre de manzana, jugos de frutas y vegetales, dátiles, higos secos, albaricoque seco, caquis, cerezas, guindas, arándanos, fresa, frambuesa, granada, entre otras.

El azúcar que se usa habitualmente también se compone de fructosa. Igualmente la fructosa es abundante en todos los dulces. Ten cuidado con los productos «light», las verduras enlatadas y los refrescos de dieta, revisa muy bien la lista de ingredientes. A menudo se mezclan con estos productos edulcorante afrutado.

Muchos tipos de fruta se consideran bien tolerados porque contienen poca fructosa o la glucosa está presente en una proporción favorable. Estos incluyen los plátanos, los albaricoques y los frutos secos. La glucosa facilita la captación de fructosa en el intestino.

No comas frutas puramente, sino con una comida (como postre, por ejemplo) o junto con productos lácteos, grasas buenas y proteínas. Las grasas y las proteínas hacen que la fructosa se absorba más lentamente. Esto hace más fácil el trabajo para el transportador intestinal enfermo.

Los sustitutos del azúcar como el sorbitol, el xilitol y el manitol dificultan la absorción de la fructosa del intestino, por lo tanto se deben evitar en lo posible. Estos sustitutos se encuentran, por ejemplo, en las gomas de mascar, caramelos sin azúcar y productos para diabéticos.

Si el paciente ha podido determinar con la ayuda de un experto en nutrición, qué alimentos y qué cantidad de fructosa no causa problemas, puede vivir en muchos casos sin molestias.

Importante: No hay consejos generales y prohibiciones. El paciente puede comer lo que personalmente tolera. Además, siempre se debe probar el umbral de compatibilidad. A veces, el sistema de transporte dañado se recupera en el intestino e incluso se puede comer una manzana o algo de miel sin arrepentimientos ni presentar síntomas, de allí la importancia de dar con el diagnóstico y trabajar en la recuperación y la dieta.

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