8 señales de que tu hijo está bajo demasiado estrés

Ya sea que la familia, los amigos, la escuela o cualquier otra cosa le cause angustia a tu hijo, si muestra alguno de estos signos de estrés y ansiedad, puede ser el momento de tomar medidas para evitar consecuencias a futuro, sobre todo cuando la exposición a estos desencadenantes de estrés se vuelven constantes.

Una niña que está teniendo ansiedad

Las señales que indican que un niño está bajo un fuerte estrés

A medida que los niños crecen y asumen nuevas responsabilidades, más actividades y mayores tareas, son más susceptibles al estrés. Los siguientes signos son reveladores y pueden hacernos conscientes de que nuestro hijo puede estar lidiando con el estrés, aunque no sepa manifestarlo con sus palabras.

1. Pesadillas recurrentes

El  miedo relacionado con el sueño es una respuesta común a experiencias estresantes o traumáticas. Contarle a tu hijo historias sobre otros niños con sentimientos como los suyos puede ayudarlos a sentirse mejor. Les hace saber que entiendes sus sentimientos, y pueden encontrar Consuelo sabiendo que no están aislados en sus temores, sino que los demás también los pueden tener y experimentar.

2. Una actitud más agresiva

Algunos niños, cuando están bajo estrés, reaccionan con agresión física (morder, patear o golpear) o agresión verbal (gritos o insultos). También tienden a tener dificultades para completar tareas que requieren paciencia.

Si cuando tratas de hablar con tu hijo no puedes encontrar un punto de apoyo y sientes que no ayuda, podrías intentar consultar algunos libros de autoayuda para padres, y si eso tampoco funciona para ti, la consulte a un psicólogo terapeuta podría ser de gran ayuda.

3. Problemas para concentrarse y completar el trabajo escolar

Las presiones académicas y sociales, especialmente la necesidad de adaptarse, son las principales causas de estrés para los niños. Si bien las actividades extracurriculares pueden ser una salida útil, la programación excesiva aumenta la ansiedad.

Ayuda a tu hijo a equilibrar sus prioridades adecuadamente, participa en su elaboración de agenda, para que aprenda a dar prioridades.

4. Mojar la cama

Los  niños que se sienten inseguros o que tienen muchas cosas en mente pueden perderse las señales de ir al baño y por consecuencia mojar la cama. Asegúrele a tu hijo que no estás enojado cuando tiene un accidente. Consulta a su médico de cabecera para descartar una afección médica que pueda causar enuresis o problemas para dormir.

5. Comportamiento hiperactivo

Cuando los niños no pueden manejar el estrés que sienten, liberan energía negativa. Tener berrinches, huir o ser constantemente desobedientes son formas de alertar a los adultos de que hay un problema. Ayuda a tu hijo a quemar energía de una manera positiva y relajante: ejercicios de respiración profunda, escuchando música relajante, estiramientos o yoga.

6. Retirarse de la familia y amigos

Mudarse,  el divorcio de los padres, un nuevo  hermano o la  intimidación en la escuela pueden hacer que un niño se sienta excluido o asustado. Ofrécele mucha atención positiva y mantén rutinas familiares para brindar comodidad. También sería recomendable hablar con el maestro de tu hijo si sospechas que tiene problemas con amigos en la escuela.

7 Trastornos de la alimentación o del sueño

Cuando un niño está bajo presión, la inquietud y la preocupación interrumpen los hábitos de sueño. Un cambio repentino en los hábitos alimenticios, ya sea comer menos o más, es otra señal de estrés. Llegar a la raíz de su ansiedad (a menudo con la ayuda de un psicólogo o consejero infantil) puede aliviar estos comportamientos.

8. Reacciones exageradas a problemas menores

A veces, la presión para complacer a los padres hace que los niños sean perfeccionistas  y se preocupen constantemente. Desarrolla la confianza de tu hijo para que pueda enfrentar desafíos y resolver problemas por su cuenta, y que no vea un error o la falta de conocimiento sobre un determinado tema como un problema, sino que debe aprender a verlo como oportunidades para mejorar y conseguir mejores resultados luego.

Cómo habrás podido notar en este artículo, las señales de que un niño está bajo demasiado estrés no siempre son las que imaginamos, y la mayoría de las veces, él mismo no sabrá cómo comunicar lo que sucede, y deberemos estar muy atentos a las señales para ofrecerle un cambio.